Por: Jairo Rey Pardo. Comunicador Social-Periodista. La vida entre los seres humanos y los animales cada día se hace mas familiar y los u...
Por: Jairo Rey Pardo.
Comunicador Social-Periodista.
La vida entre los seres humanos y los animales cada día se hace mas familiar y los unos se acercan a los otros perdiendo el miedo y la timidez, cuando de buscar alimento se trata.
Ya es muy cotidiano ver osos, lapas, armadillos, ardillas y hasta serpientes que en esta cuarentena y el aislamiento obligatorio encuentran las calles solitarias y sin ningún recato entran a las casas buscando la mano bondadosa que sin causarles daño les ofrece de comer.
Estos monos por ejemplo son muy tranquilos y confianzudos. Algunos se apartan de la manada y salen del bosque muy solitarios y en vez de una rama utilizan como puente los cables de la energía, se pasean por el frente de las casas hasta que llegan donde saben que tienen su premio preferido... un banano.
Observen el equilibrio de este malabarista que sale del árbol camina por el cable, trae el tiempo muy medido, llega hasta donde le ofrecen alimento, come con cierta tranquilidad, se llena y luego vuelve a retomar su viaje para unirse al grupo donde generalmente viajan hasta 30 ejemplares de la misma especie.
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